Festividades Celtas

Imbolc – Febrero El Susurro de la Luz que Despierta

Imbolc – Febrero

El Susurro de la Luz que Despierta

En el frío quieto del invierno,
cuando la tierra yace dormida bajo mantos de escarcha,
llega Imbolc…
No con estruendo, sino con un suspiro.

Es la festividad del despertar velado,
el momento en que la semilla bajo el hielo
siente el primer latido de la luz.
El Sol ya no huye,
respira más hondo
y en su aliento se anuncia la primavera.

Honramos a Brigid,
diosa del fuego que brota en la oscuridad,
tejedora de sueños y cantos sanadores,
cuya llama nace en el hogar
y en el corazón de quienes aún creen
en la magia de lo pequeño.

Las Correspondencias de Imbolc:

La Luz:
Velas blancas que perforan la penumbra,
pequeños soles domésticos
que encendemos para recordar
que la claridad siempre regresa.

El Blanco y el Plateado:
Colores de la nieve que purifica,
de la luna que vigila el reposo,
del amanecer que pinta el cielo
con suavidad de flor de espino.

La Leche y la Miel:
Bebidas de la inocencia y la dulzura,
ofrendas para la tierra que pronto
amamantará a los corderos recién nacidos
y a las flores que aguardan bajo el suelo.

El Fuego Sagrado:
Llamas que no queman, sino que abrazan,
transforman lo viejo en ceniza fértil
y dibujan en las paredes
sombras que bailan como profecías.

Las Semillas:
Promesas encapsuladas en espera,
que acariciamos con manos frías
sabiendo que llevan dentro
bosques enteros, jardines y futuros.

El Agua de la Purificación:
Rocío que besa los párpados de la tierra,
fuentes que cantan debajo del hielo,
pozos donde Brigid deja caer
monedas de luz para los sedientos.

Los Primeros Brotes:
El verde pálido del narciso y la campánula,
valientes que rompen el sueño invernal
para murmurar:
“Todo ciclo se renueva”.

Imbolc es la fe que se atreve a crecer
en días cortos y noches largas.
Es creer en la luz
cuando el mundo aún es frío.
Es bendecir los comienzos silenciosos,
aquellos que solo se oyen
en el latido de la tierra
y en el vuelo de un pájaro
que anuncia que el invierno
ya sueña con retirarse.

Sobre el Autor

El Caldero de Hécate

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